El título mismo me embelesó. Contiene tres maravillosas palabras. Tren, nocturno y Lisboa. Si las juntamos en una misma frase no es de extrañar que captaran mi atención. Me gusta viajar sobre todo en tren con un buen libro entre mis manos y buena música en mis oídos. La palabra nocturno me fascina y más si va acompañando de tren. Y qué decir de Lisboa... la única vez que he estado allí me gustó tanto que ha sido uno de mis viajes más recordados.
Lo bueno de mi trabajo es que estoy rodeada todo el día de libros. Miles y miles de títulos me llaman desde todas direcciones. Leo un montón de sinopsis diariamente, descartando y anotando mentalmente los que considere imprescindibles... eligiendo mi próxima víctima. Así que cuando pasé al lado de este libro y vi su título me causó un gran placer. Me dejo llevar por estas cosas en mi vida. Al igual que las personas cuando las conoces te dan una impresión y te dejas arrastrar por ellas, acertando o no tiempo después... con los libros me ocurre lo mismo. Los elijo porque me suele atraer un buen título que me parezca interesante, también por su cubierta y cómo no... por su autor.
Tras leer dicho título me fijé en su autor y ahí supe que mi decisión iba a ser correcta. Tenía muchas ganas de leerme algo de Pascal Mercier y mira tú por dónde, ahí estaba ante mis ojos mi ansiada posibilidad.
Nuestro protagonista principal es Raimund Gregorius, un sabio erudito profesor de instituto de lenguas antiguas. Hombre predecible completamente y con una minuciosidad en su rutina diaria, hasta el punto de recordar a Kant por pasar puntualmente a una hora exacta por el mismo sitio. Dos acontecimientos van a trastocar su vida monótona y poco poética: una mujer apoyada en una barandilla de un puente un día de lluvia y un libro escogido al azar de un poeta portugués, Amadeu do Prado. A mitad de una clase de latín, decide de pronto marcharse, dejarlo todo y coger el primer tren nocturno camino a Lisboa. Allí conocerá tantos personajes y vivirá tantos momentos inolvidables que lo harán plantearse si no debería haber arriesgado más a lo largo de su antigua vida. Todo esto con el influjo de los escenarios de las calles de la nostálgica Lisboa.
Es un libro que te hace plantearte tu propia existencia, lo que normalmente hacemos y lo que queremos, si estamos realmente en el camino correcto de lo que buscamos para nuestra vida. Me gustan los libros así. Los que te hacen parar de leer un fragmento para pensar y meterte dentro de ti misma para interiorizar lo que acabas de leer... esto lo ha conseguido esta novelita. Tiene tantos párrafos buenos que te entran ganas de anotarlos para no caer en la mala costumbre de terminar subrayando el libro.
Plantea cuestiones filosóficas que todos deberíamos alguna vez pararnos a reflexionar. Conceptos como la vida, como el tiempo, como la soledad más demoledora y arraigada... llegando hasta la irrevocable muerte.
Si una parte de ti, sólo una mínima parte, se siente identificada con algo de la personalidad de nuestro protagonista, ya estás perdido en la historia. Si alguna vez te has sentido aislado, fuera de lugar, con una existencia apática y aburrida y con algo dentro de ti que te lleva a pensar que las cosas pueden o están a punto de cambiar para mejor, y sientes tirar de ti un tipo de sentimiento de nostalgia y añoranza por algo que nunca te ha pasado pero que no sabes el porqué está en ti y te guía hacia un nuevo destino... merece la pena darle una oportunidad a este libro.
En resumen, novela que me ha enriquecido. Una historia para leer y dejarse llevar, haciéndote olvidar todo lo que te rodea.
Quería decirte que nunca he sido un tipo agradecido pero que no he parado de hacerlo desde que te conozco
ResponderEliminar