martes, 10 de marzo de 2015

Inercia...

Me miro en el espejo... no me reconozco...

Aquella chiquilla alegre y risueña dista mucho de parecerse al fantasma que me devuelve mi propio reflejo...

Surcos morados rodean enormes ojos... nariz de un color rosáceo... pómulos marcados... mirada evasiva, fría, distante... 

Me acerco con cuidado al gran ventanal de la cocina... como de costumbre no acierto a ver nada. Saco fuerzas de donde puedo y me pongo de puntillas para buscar la luna... Aparece medio escondida entre dos altos edificios... permanece allí solitaria, vigilándolo todo, pendiente de mi desastroso mundo...

Divago sobre los pensamientos...
cómo resultan difíciles de controlar.
Se construyen, toman vida propia y se difuminan a pasos agigantados.
Me recuerdo a mí misma por quinta vez hoy 
que necesito abandonar esta maldita tendencia mía a analizar... 
sé que terminará pasándome factura.

Me apoyo en el alféizar de la ventana mientras enciendo un cigarrillo...

Abajo la calle yace abandonada, sola, oscura...
no se escucha apenas nada... solo un leve sonido lejano...
estas horas de la madrugada son las que más me gustan
cuando el resto del mundo duerme y calla...

Entre todo este humo que en este instante me rodea
me gusta observar lo que pienso
como si de una simple ajena espectadora se tratara
miro funcionar mi mente con una nítida y temeraria voluntad propia...

Los pensamientos entran, salen, sin previo aviso...

Hay días que regresan tristes y encogidos...
otros vuelven altaneros, burlándose de mí
con una media sonrisa en los labios...

¿Sonreír?  tiene gracia... hace meses que no recuerdo lo que es eso...

Yo les pregunto, intento indagar sobre sus posibles cambios de humor
me embargo en una disputa socrática conmigo misma... y nada.

Siempre lo mismo...

Sólo consigo un enorme y terrorífico vacío...
una nada que se extiende... que me absorbe y me cala todos los malditos huesos...

Tan sólo alguna vez obtengo una vil respuesta
una dañina certeza de no llegar a ser nunca apta para entenderlos.

Hoy me vuelvo a sentir sola... a esta hora aún no han regresado.

Temo querer salir a buscarlos
porque intuyo el sitio donde se han podido entretener...
tengo miedo que su estancia se prolongue o que no pueda ser partícipe de su retorno.

Es curioso cómo sin ellos me siento hueca
incapaz, abatida, desorientada
pero al mismo tiempo y si se puede,
libre, tranquila
sin esa presión continua a la que me someten martilleando mis entrañas.

Sé que posiblemente han ido a buscarte
a que te des por fin cuenta que nada es lo que parece
que la vida es menos complicada de lo que pretendemos...

habrán ido a relatarte sus argumentos...
a intentar disminuir esa distancia que duele tanto, a derribar ese muro cada vez más alto...

pero se ve que a ti ya nada de esto te interesa...
y para mí hace mucho que dejó de tener el más mínimo sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario