lunes, 23 de marzo de 2015

Decisiones...

Me siento bloqueada. Todo lo que llena en estos momentos mi cabeza son pensamientos inútiles. Ideas que van y vienen sin tregua arrasándolo todo. ¿Por qué será tan difícil tomar una decisión? Supongo que es porque no quiero ser de ese tipo de personas que la vida las arrastra a una determinada  dirección. Quiero ser "Yo" la que gobierne mi vida... y para eso sé que tengo que tomar una decisión.

Llevo días sin dormir, apenas pruebo bocado... Estoy deseando tener un hueco en el día para poder medir mis opciones, pero en cuanto me tumbo y me relajo, soy presa de una inquietud que inunda mi alma, que no me queda más remedio que levantarme y ponerme a hacer cosas.

Es curioso esto de tener varias opciones ante uno... lo que parece sencillo y fácil se vuelve complicado. Siempre me acuerdo en momentos como éste de uno de mis poetas favoritos, Benjamín Prado. "No hay mayor preso que el que duda ante dos puertas abiertas". Así me siento yo ahora mismo.

Hago un ejercicio de objetividad. Mi vida no va a ser ni más bonita ni más caótica porque elija una de mis dos posibilidades...tan sólo va a ser diferente. Esto me tranquiliza. Si tuviéramos que saber si nuestra existencia es como debiera ser o qué hubiera pasado conmigo si hubiera seguido ése otro camino que un día pude tomar, nos volveríamos locos.

Intento hacer una lista con los pros y contras... nada... resultado ambiguo... no se qué cantidad de peso tiene para mí lo positivo de cada opción. Sigo encerrada en la misma espiral de incertidumbre.

He preguntado a mis amigos y conocidos, pero ya se sabe... qué fácil es para los demás aconsejar sobre un hecho ajeno siempre que no nos toque a nosotros mismos el sufrirlo... así que elimino también esta posible solución.

En el fondo sé que la única que tiene que afrontar esto lleva mi nombre, mis apellidos y me mira en este instante desde el espejo del cuarto de baño con dos lagrimones que asustan.

Pero tengo algo a mi favor... que confío en mí misma. Sé que aunque haya momentos en que crea que todo se me va de las manos... voy a elegir bien. En realidad no es duro el hecho de tomar decisiones... lo peor es la incertidumbre de no saber qué hacer... si te estás equivocando. Por eso, sé que cuando esté preparada mentalmente para tomarla, no voy a permitirme mirar hacia atrás. Ése tan maligno "qué hubiera pasado si..." tiene que desaparecer bien lejos. Seguiré mi camino escogido, seré feliz con la opción tomada y meditada y se me abrirán puertas condicionadas por el camino que he visto justo tomar...



No hay comentarios:

Publicar un comentario