miércoles, 2 de octubre de 2013

Día raro...

Caminas despacito con la cabeza cabizbaja. 

En realidad no hay nada que te interese más allá de esa altura. Te da pena levantar la mirada y ver tantos rostros grises e idénticos que no te dicen nada. Hoy no tienes fuerzas ni para eso.

Prefieres mantenerla a ras del suelo. Aquí todo aunque anodino es más gratificante. 

Miras tus propios pies mientras recorres a grandes zancadas la distancia existente entre tu casa y el trabajo. Son los dos únicos sitios en los que te sientes tú misma. Es curioso- te dices- la manera que tienes de caminar. Te fijas en los distintos zapatos que lleva la gente con la que te cruzas... algunos con los que te has chocado. Has soltado un leve disculpa y ni siquiera has mirado. Son modelos variados, de distintos colores y modalidades. Unos y otros reflejan una leve pesquisa de lo que podría ser la personalidad del que los dirige. Unos pasan por tu lado pisando fuerte, decididos, directos a su destino. Otros, en cambio, lo hacen dubitativos, sin paso firme, parecen como si temieran pisar muy fuerte y hacerse daño.

Este pensamiento te hace meditar sobre la vida. Sobre todo lo que has pasado, lo que eres y serás muy pronto. 

Hoy es un día desesperante. Parece que nunca has caminado tan deprisa, y sin embargo, tu destino nunca llega. Te sientes como si hubieran depositado en las plantas de tus zapatos unas plantillas de acero. Te cuesta dar los pasos.

Como si todo lo anterior no fuera suficiente... empieza a caer una fina lluvia. Te gusta la lluvia y notas cómo el resto de la gente se aleja o va desapareciendo de tu campo visual hasta caminar completamente sola. A ti no te preocupa esto. 

Por breves momentos te permites cerrar los ojos y que los sonidos conocidos te guíen. Te sientes cómoda aunque pronto te das cuenta que esto es ilusorio. 

El agua resbala por tu pelo hasta llegar a tu cara. Poco a poco tu ropa se va haciendo cada vez más pesada. 

Hoy puede ser un día corriente para cualquier persona del planeta... en cambio para ti no es así. 

Hoy es un día en el que miles de personas corren despavoridas hacia sus casas o hacia algún recóndito cobijo para resguardarse de la lluvia... y tú, tan solo tú... te has quedado parada en medio de una acera, con la mirada perdida en el suelo.

4 comentarios:

  1. Amén amiga...no te sientas tan pequeña porque tus palabras te engrandecen...y tú eres muy grande ya de por sí en todos los sentidos....

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  2. Hermoso,
    gracias, se te extrañaba.
    P.

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  3. Ánimo, sigue escribiendo.

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  4. Hoy también es uno de esos días...

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